• 3 Errores comunes a evitar si padeces Síndrome de Intestino Irritable

Los doctores diagnostican el SII cuando alguien tiene tres o más episodios de malestar abdominal o dolor inexplicables (como distensión, cólicos y diarrea) durante un período de 3 meses seguidos.

Si piensas que padeces SII o estas batallando para manejar tu condición, los coloproctólogos pueden ayudarte a evitar estos 3 errores comunes y encontrar maneras más eficaces para manejar tu enfermedad.

1.- NO buscar el consejo profesional de tu médico

Padeces de dolor abdominal crónico, y piensas algo como: “Es sólo mi colon” o “Todos en mi familia padecen del colon”, hay muchas estrategias para tratar el SII, desde la medicación, dietas y terapias de comportamiento.

2.- Buscar pruebas y procedimientos innecesarios

Algunas personas piensan que un diagnóstico de SII sólo explica parcialmente sus dolores estomacales o abdominales y se preocupan de que algo más grave esta pasando. Sin embargo, a menos que los síntomas cambien drásticamente o una persona comience a perder peso, se vuelva desnutrida o tenga otros síntomas preocupantes, las pruebas adicionales generalmente son innecesarias.

A menudo los pacientes dicen “se que algo esta inflamado en mi tracto gastrointestinal” y solicitan procedimientos repetidos. En el SII no hay inflamación identificable, a diferencia de la enfermedad inflamatoria intestinal.

En lugar de buscar varios procedimientos, es mejor centrarse en lo que está causando sus síntomas.

Averigüe qué es lo que está causando los síntomas (dieta, stress, etc.)

3.- Tratar dietas sin una guía profesional

Hay que tener cuidado con las “dietas de moda” o “dietas de eliminación extrema o autoimpuestas” que no han demostrado que ayuden a las personas con SII.
La mejor dieta que puedes probar es la dieta baja en FODMAP (Fermentable Oligosacáridos Disacáridos Monosacáridos y Polioles) son carbohidratos que no pueden digerir o absorber bien tus intestinos.

Siguiendo una dieta baja en FODMAP, se limitan las porciones de leche (o derivados que contengan lactosa), frutas, brócoli (y otras verduras crucíferas) y legumbres o frijoles.